Mucha gente confunde la estación de esquí de Stowe Mountain con el Stone Mountain Park, que alberga la enorme montaña monolítica que le dio nombre. Pero el bloque de piedra se encuentra cerca de Atlanta, en el estado de Georgia (EE UU). Y para entender dónde está Stowe, hay que mover los ojos un poco hacia el norte en el mapa y encontrar el estado de Vermont. Allí, cerca de la ciudad de Stowe, se encuentra una de las estaciones de esquí más bonitas de EE UU.
El pueblo está situado en el valle entre dos montañas: Spruce Peak y Mansfield. Esta última está considerada la más alta del estado: 1 340 metros. Hay largos senderos serpenteantes que atraviesan las montañas boscosas, cubiertas de nieve de noviembre a abril. La moneda de Stowe es el dólar estadounidense (USD).
Los investigadores creen que los primeros esquís recorrieron las montañas locales a finales del siglo XIX. El pueblo de Stowe, situado a pocos kilómetros de la actual estación, era una zona maderera, por lo que la gente solía desplazarse hasta allí en invierno con algún tipo de esquí. El primer descenso con esquís de verdad desde las montañas locales por placer lo realizó el 1 de febrero de 1914 un tal Nathaniel Goodrich, bibliotecario del Dartmouth College. Hay pruebas documentales de este hecho en los archivos de la universidad.
Pero la historia de Stowe como estación de esquí comienza en 1934. Durante la Gran Depresión, el presidente Franklin Rooseveld creó el Cuerpo Civil de Conservación, que reclutaba a jóvenes. El jefe de la sección de Vermont era un tal Perry Merrill, que reclutó a su propio equipo y desde el 1 de noviembre de 1933 empezó a trazar pistas aquí. Exactamente 20 años después del bibliotecario de Dartmouth, el 1 de febrero de 1934, uno de los miembros de la patrulla, Paul Barquin, fue el primero en descender por el sendero pavimentado. Por lo tanto, en general se acepta que Stowe se fundó en 1934.
Dos semanas antes de la primera pista de descenso, la ciudad abrió oficialmente una escuela de esquí, fundó el Club de Esquí Mt. Mansfield y registró la Patrulla de Esquí Mansfield oficial, una de las primeras de Estados Unidos. A principios de la temporada de 1936, se inauguró aquí el primer ascensor de arrastre de cuerda, al que siguió otro a mediados de la temporada.
La estación iba ganando popularidad, y en 1938 se celebró aquí la Carrera Nacional. El número de participantes era enorme y los ascensores no daban abasto. Algunos temerarios intentaron subir la montaña en sus coches. El resultado fue que se quedaron atascados en la nieve, hasta el punto de que algunos coches tuvieron que ser desenterrados unas semanas después del evento.
Dos años más tarde, la estación añadió un telesilla, el teleférico más largo de Estados Unidos en aquella época. Pero funcionaba con tanta lentitud que los esquiadores tenían que esperar al menos dos horas para su turno. No obstante, el ascensor funcionó sin problemas hasta 1986. En 2000 Stowe se reconstruyó por completo teniendo en cuenta los requisitos de los servicios medioambientales. Algunas de las pistas fueron rebautizadas en honor de los esquiadores que organizaron la estación y trazaron aquí las pistas.