Puerto de Pollensa es una pequeña localidad situada en la acogedora bahía de Pollensa, en la costa norte de Mallorca. Es un lugar verdaderamente paradisíaco. En Puerto de Pollensa no llueve y siempre hay mucho sol y mar. La Serra de Tramuntana protege la bahía de los vientos fríos, y los pinares protegen el pueblo y sus alrededores del calor excesivo. La mayoría de las playas del Puerto de Pollensa son acogedoras calitas donde los pinos llegan casi hasta el agua, creando sombra. La arena blanca de las playas da al litoral un aspecto mágico, y las aguas cristalinas del mar Mediterráneo lo completan.
El Puerto de Pollensa fue en su día una fortaleza para proteger Pollensa, que entonces era una ciudad comercial. Hoy en día Pollensa, situada a seis kilómetros del antiguo fuerte, es un monumento arquitectónico. Nadie vive en el casco antiguo, todas las residencias y hoteles se concentran en Puerto de Pollensa. La razón de este cambio de papeles fue el puerto, que se convirtió en el verdadero corazón de la ciudad. Y desde los años 20 del siglo XX Puerto de Pollensa empezó a desarrollarse como centro turístico, y las playas jugaron un papel decisivo en ello.