Moldavia es un país pequeño pero muy diverso. La cultura vinícola local es mundialmente famosa y se remonta a hace más de 6000 años. El país es famoso por sus propias variedades de uva con características únicas, como Feteasca Negre, Feteasca Albae, Rara Neuge y Cabernet Sauvignon. Los vinos moldavos empezaron a recibir altas puntuaciones en concursos y exposiciones internacionales. Por eso, las excursiones enológicas a Moldavia con degustación son cada vez más populares.
Los aficionados al senderismo pueden ir a las montañas. En la montaña Bekirova aún se conservan las celdas de un monje ermitaño, donde predicaba sus sermones. La Montaña Roja se asemeja a una gigantesca pared porosa de todos los tonos de rojo, desde el rosa suave hasta el escarlata. Aquí hay un descubrimiento para los espeleólogos: una falla cárstica de 500 metros de longitud. Stroenetsky Yar cuenta con fabulosas vistas y una serie de cascadas. El perfil geológico de Sokolsky es un auténtico monumento paleontológico.
A los aficionados al misticismo les interesará conocer la leyenda que se esconde tras la "Cueva de los Muertos", en el norte del país. Detrás del monasterio de Hirciauca, en el bosque de hayas, hay un manantial curativo de la juventud. Moldavia alberga también el mayor monasterio rupestre de Europa Central. Y el búnker subterráneo de Soldanesti, de 13 plantas, impresiona por su amplitud y monumentalidad.