Puede que tres días no sean suficientes para explorar a fondo la rica historia y las delicias culinarias de París. La capital de la bella Francia, con más de dos milenios de historias que compartir, es una ciudad que merece la pena saborear. Sin embargo, si su objetivo es experimentar la esencia de París en poco tiempo, hágalo a la francesa: paseos sin prisas por los encantadores senderos de los parques, pausas para tomar café y pasteles en los cafés parisinos por excelencia y, sobre todo, déjese llevar por sus propios placeres.
Día 1
Ayuntamiento de París (Hôtel de Ville)
La plaza del Ayuntamiento de París es el punto de partida ideal para explorar la ciudad. Desde aquí, tanto Notre Dame como la Isla de la Cité se encuentran a poca distancia a pie. Si está familiarizado con las obras de grandes literatos franceses como Dumas y Balzac, puede que le suene el nombre histórico de la plaza, Place de Grève. Se trata de una plaza con un rico pasado, donde antaño la gente buscaba empleo debido a su suave pendiente hacia el Sena, que facilitaba la descarga de las embarcaciones fluviales.
En la Edad Media, esta plaza fue testigo de diversos acontecimientos históricos, desde la formación del primer cuerpo municipal hasta espeluznantes ejecuciones, incluidas decapitaciones de nobles y castigos a quienes atentaban contra el rey. Afortunadamente, hoy en día la plaza no guarda ningún recuerdo de su oscura historia, ya que el Ayuntamiento de París, de estilo renacentista, cautiva los ojos y las cámaras de miles de visitantes.