Como el país es una nación insular y la isla está situada en el océano Atlántico Norte, la cocina nacional de Islandia es rica en todo tipo de mariscos: bacalao, tiburón, fletán, salmón, gambas, vieiras y otros animales salvajes.
Salmón ahumado con pan de centeno, arenque en escabeche, filete de ballena, carne de león marino son casi universalmente ofrecidos. De los platos de pescado hay que probar el hakarl. Se elabora con carne de tiburón, que ha languidecido en la tierra durante unos dos meses. La tierra en estos parajes es caliente, gracias a los géiseres, por lo que resulta un horno estupendo.
Los platos tradicionales de Reikiavik también se preparan con carne, en la que se da especial preferencia al cordero. La principal exquisitez, por cierto, es el hrutspungur, un plato de testículos de carnero marinados y comprimidos.
El pan volcánico de los islandeses es especialmente delicioso. La masa se coloca en un recipiente metálico especial y se hunde en la tierra durante un día. Después, sacan la hogaza ya horneada. Como postre, hay que probar el skyr, un plato lácteo con fruta, helado, mermelada, bayas y nata montada.
Los islandeses beben sobre todo café. El cliente de una cafetería o restaurante sólo tiene que pagar una taza de café, y las siguientes se sirven gratis. La bebida alcohólica más popular es el brennivin, bebida nacional elaborada con patatas aromatizadas con comino. Las bebidas alcohólicas son bastante caras, aunque la oferta es amplia.
