Geográficamente, Dortmund está situada al oeste de Alemania. Los primeros asentamientos en esta región se remontan a la Edad de Bronce, y la primera mención de la ciudad llamada Trotmani data del año 880. El asentamiento era bastante pequeño en aquella época, pero en 1152, Federico Barbarroja se instaló allí y reconstruyó y amplió considerablemente la ciudad con el paso del tiempo. En 1293 se autorizó a Dortmund a producir cerveza, y desde entonces el arte local de la fabricación de cerveza ha sido legendario.
En el siglo XIX, Dortmund dio un gran salto adelante como centro industrial y manufacturero gracias al desarrollo de la minería del carbón y la transformación del acero. Y con la apertura del ferrocarril, la ciudad se convirtió en uno de los mayores nudos de transporte de su región. Esto sigue siendo así hoy en día, por lo que viajar a Dortmund es muy cómodo. A finales del siglo XIX se abrieron el puerto y el canal de navegación de la ciudad. Dortmund comenzó a crecer ampliamente, absorbiendo los asentamientos de los alrededores.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Dortmund quedó casi destruida. Pero gracias a la desarrollada y demandada industria se recuperó en pocos años, y la población volvió a alcanzar el medio millón de habitantes. Ahora es incluso más. Además, la ciudad cuenta con una renombrada Universidad Técnica con altas calificaciones en física, química e ingeniería eléctrica.