Joan-les-Pins, construida a finales del siglo XIX, fue concebida originalmente como una zona de descanso. Toda la arquitectura de la ciudad, con sus malecones y avenidas, está orientada hacia la relajación, los paseos y el disfrute del paisaje marino.
Por supuesto, la principal atracción de la ciudad son sus playas. La costa con arena blanca, con copas de pinos que protegen a los veraneantes del calor excesivo, parece una verdadera encarnación de la paz. Joan-les-Pins tiene algunas de las mejores condiciones para unas vacaciones junto al mar que puedas imaginar.
El resort es apreciado por los jóvenes, y por eso entre las calles de Juan-les-Pins se esconden muchos clubes nocturnos y otros lugares de entretenimiento. Pero la música de culto del resort fue y sigue siendo el jazz. Es aquí donde se celebra el famoso Festival de Jazz de julio, dedicado a Sidney Bechet. En los días de julio, la costera Joan-les-Pins se llena de una inefable atmósfera de jazz en todas sus manifestaciones.
Los restaurantes de Juan-les-Pins son prácticamente un elemento aparte en el recorrido. Después de todo, ¿dónde más conocer la cocina francesa, sino en la Costa Azul?
Juan-les-Pins tiene muchos museos fascinantes. También es aquí donde se encuentra el famoso parque marino Marineland, el más grande de Europa.