Montreal se ha ganado por derecho propio el título de capital gastronómica de Canadá, lo que la convierte en un destino memorable para los amantes de la buena mesa.
Uno de los platos emblemáticos de la ciudad es la carne ahumada. Se puede encontrar tanto en restaurantes de lujo como en bares informales. Para conseguir la máxima ternura, la carne de cerdo se marina en especias durante una semana, se ahúma y luego se cuece al vapor. Se suele servir con pan blanco y mostaza, junto a patatas fritas o incluso como ingrediente de una pizza.
Montreal también es famosa por sus bagels, que se elaboran al estilo canadiense. Estos bagels se cuecen en hornos de leña, se bañan en sirope de miel dulce y se espolvorean con semillas de sésamo o amapola. A menudo se cortan por la mitad y se rellenan con una amplia variedad de deliciosos ingredientes.
El foie gras es un manjar muy apreciado en esta ciudad, y hay restaurantes especializados donde podrá saborear este rico paté. Suele servirse como parte de un menú variado y rico en calorías, así que deje atrás sus planes dietéticos.
No se pierda la oportunidad de probar los perritos calientes locales, que se preparan al vapor y son bastante diferentes a los que estamos acostumbrados.
No deje de saborear la tourtière, un sabroso pastel de carne que incluye patatas, canela y clavo junto con la carne. Lo mejor es acompañarlo de mermelada de arándanos, sirope de arce o ketchup.