Edimburgo exuda un encanto medieval, con la mayoría de sus edificios que datan de la fundación de la ciudad y que han sido hermosamente preservados a lo largo de los años. Templos antiguos, catedrales e iglesias, coronados con agujas afiladas, adornan el horizonte de la ciudad, aparentemente perforando el cielo mismo, quizás contribuyendo a las frecuentes lluvias. Los lugareños, acostumbrados a estas condiciones, prestan poca atención a la fría lluvia.
Tu exploración de Edimburgo debe comenzar con una visita a la Royal Mile, donde encontrarás las principales atracciones de la ciudad y tiendas de souvenirs. Luego, puedes explorar uno de los numerosos museos de la ciudad, de los cuales hay más de una docena. Galerías de arte y museos de arte moderno proporcionan una visión de la cultura de la ciudad y demuestran que Edimburgo es más que kilts y gaitas. Aunque los hombres usan sus kilts de tartán principalmente en días festivos, la melodía inquietante de las gaitas se escucha por todas partes, especialmente alrededor de la Royal Mile.