Barcelona, una ciudad que cautiva el corazón de inmediato y para toda la vida. Pasear por sus calles es como viajar en el tiempo: aquí están las ruinas de los antiguos romanos, y a la vuelta de la esquina hay una catedral medieval. Uno de los barrios de la ciudad está enteramente construido en un exquisito estilo modernista. Y los principales tesoros de Barcelona son, por supuesto, las obras del gran Antoni Gaudí. Pero no se trata sólo de arquitectura. La gastronomía, el ocio tradicional, el cálido mar Mediterráneo y las estupendas playas también atraen magnéticamente a la gente a la capital de Cataluña. Por cierto, es importante saber que todos los lugareños hablan catalán, más parecido al francés que al español. Los catalanes tienen sus propias tradiciones, fiestas, historias, canciones, bailes e incluso cocina. Los barceloneses son grandes patriotas, y ponen de manifiesto su amor por su tierra exhibiendo las banderas nacionales de Cataluña en sus balcones.
Por supuesto, tres días es muy poco tiempo para esta ciudad. Pero créame, recordará su viaje a Barcelona y seguro que querrá repetirlo.