Adelaida
Adelaida es una ciudad muy soleada y acogedora. El propio sol, el agua y el aire son los ingredientes principales de un cóctel inolvidable que esta ciudad está dispuesta a ofrecer a cualquier huésped. Y si se añade un poco de parques verdes, amplitud de alma de las avenidas, brillo de los rascacielos y amabilidad de los lugareños, se puede beber un cóctel tan inusual en cualquier cantidad.
La Adelaida honesta y directa nunca confundirá al viajero, no se enredará en el laberinto de calles, aquí todo es sencillo y claro. Pero, al mismo tiempo, ofrecerá un centenar de excursiones fascinantes, sorprenderá con exposiciones y exhibiciones insólitas, mostrará animales asombrosos y plantas sorprendentes. Aquí no habrá tiempo para aburrirse, porque para mirar en todos sus rincones y considerar todas las maravillas de unas vacaciones no será suficiente.
En cuanto a las playas, la más popular de la ciudad es Glenelg Beach, por donde pasa el tranvía desde el centro. Se puede contemplar la puesta de sol directamente desde las terrazas de los establecimientos frente al mar, o bien desde el muelle cercano, donde se reúnen los pescadores y los delfines nadan y juegan con la gente.