Para un turista abrumado por la variedad, merece la pena estar atento a la hora de pedir: existe un gran riesgo de sucumbir a la tentación y pedir demasiado. Además, no se apresure a entrar en el primer restaurante que encuentre. Recorra toda la calle, estudiando detenidamente los menús, y seguro que encontrará una opción bastante aceptable que no afectará demasiado a su presupuesto.
Museo del Cacao y del Chocolate
Para experimentar plenamente el sabor de Bruselas, visite el Museo del Cacao y del Chocolate. Aquí podrá presenciar de primera mano el proceso de elaboración del famoso manjar belga, conocer su historia y probarse a sí mismo como pastelero.
Estatua del Manneken Pis
¿Cómo visitar Bruselas sin ver uno de sus símbolos más famosos? Nos referimos, por supuesto, a la estatua del Manneken Pis.
A menudo, los turistas piensan erróneamente que el pequeño debe tener un tamaño impresionante (probablemente porque todo el mundo conoce sus imágenes de cerca). Sin embargo, en realidad, la estatua tiene el tamaño de un niño pequeño, así que téngalo en cuenta para no "perdérsela".
La estatua del niño en sí no es especialmente destacable; lo interesante es el tradicional ritual de vestimenta, en el que la estatua se viste con diversos trajes. Este acto se escenifica con gran colorido y suele ir acompañado de música. En la actualidad, el guardarropa del pequeño cuenta con más de 650 trajes de diferentes países. El programa detallado de la vestimenta está expuesto en la valla de la fuente.
Museo Horta
El museo del destacado arquitecto belga se encuentra en su antigua casa, que también le sirvió de estudio. ¿Por qué es famoso Victor Horta? Bueno, al menos por popularizar el uso de motivos y ornamentos vegetales en la arquitectura, con líneas flexibles y fluidas que han hecho tan reconocibles sus edificios.