1. Paseo de la Croisette
Visitar Cannes y no ver este famoso bulevar, ¿cómo es posible?
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¡Pruébenla!
Visitar Cannes y no ver este famoso bulevar, ¿cómo es posible?
Disfrute de un tranquilo paseo por el paseo marítimo de tres kilómetros que se extiende desde el puerto viejo hasta el puerto nuevo. Disfrute de las vistas de las montañas y las islas, del aroma a pino y mar y, por supuesto, del colorido gentío de Cannes.
Si busca lugares poco tradicionales que ver en Cannes, éste es sin duda el lugar al que debe ir. Disfrute de la acogedora parte histórica de la ciudad en lugar de la ruidosa y llamativa Cannes.
Este pintoresco barrio de la colina Chevalier cuenta con calles serpenteantes, caminos empedrados, casas antiguas y restaurantes con encanto, que crean un ambiente único y sereno. Querrá quedarse en uno de los pequeños cafés con una taza de aromático café, saboreando cada momento. Después, suba la colina hasta el castillo medieval para disfrutar de unas magníficas vistas de Cannes.
Este insólito edificio residencial (que también sirve de estación de autobuses) hará las delicias de los cinéfilos de todas las edades. La fachada está adornada con imágenes de diversos personajes de cine y animación, actores y otras figuras famosas de la industria cinematográfica. ¿Encontrará a su personaje favorito?
Es fácil encontrar la casa: camine por el bulevar de La Croisette hacia la colina y el castillo, y la divisará en una pequeña plaza justo antes de la subida.
Este pequeño museo privado no es de fácil acceso, pero merece la pena. Aquí podrá sumergirse de lleno en el auténtico ambiente de la Provenza francesa.
El museo alberga una colección relacionada con la historia de esta famosa región: libros, trajes nacionales, utensilios y muebles, bordados y mucho más. La experiencia se ve reforzada por el hecho de que el propio museo se encuentra en una casa que fue propiedad del escultor y fundador de la Academia de Provenza, Victor Tubbi.
Dirección: 15 rue Forville
El museo sólo abre medio día el primer sábado de cada mes.
Esta lujosa villa rural perteneció en su día al artista Jean-Gabriel Domergue. Merece la pena visitarla, aunque necesitará un coche o un taxi para llegar, ya que está demasiado lejos para ir andando.
El pintoresco jardín, la magnífica casa diseñada por el propio propietario y las vistas únicas de la bahía desde la terraza la convierten en una visita especial.
La villa sólo se puede visitar de julio a septiembre.
Esta hermosa iglesia es una de las atracciones de Cannes que merece la pena ver.
Aunque no podrá entrar, el edificio impresiona por su delicada arquitectura de encaje y su exquisita belleza, muy distinta de la de las iglesias ortodoxas tradicionales.
Dirección: Boulevard Alexandre III, 40
Otra joya de la arquitectura de Cannes, esta capilla barroca es impresionante desde cualquier ángulo.
En su interior, además de los tradicionales estucos, ornamentos y dorados barrocos, encontrarás magníficas pinturas de Bellini.
Dirección: 67 Avenue de Vallauris
Si dispone de tiempo suficiente para explorar Cannes, considere la posibilidad de investigar también los alrededores. Pase un día aventurándose en estas hermosas islas, famosas por su naturaleza. Es una opción estupenda para quienes deseen pasar un tiempo lejos de la ciudad, hacer un picnic, nadar o simplemente pasear por el bosque.
Si le interesa la historia, visite la fortaleza y prisión donde vivió el misterioso Mascarón de Hierro, hoy sede del Museo Marítimo (en la isla de Sainte-Marguerite), o el monasterio y fortaleza medievales (en la isla de Saint-Honorat).
Hay ferrys de Cannes a las islas cada hora u hora y media, y el viaje de ida y vuelta cuesta unos 28 euros. El trayecto dura unos 20 minutos.
Hablaremos de esta isla por separado. Es un lugar completamente atmosférico y sorprendentemente "ajeno a Cannes". La isla alberga un monasterio masculino en activo, Le Monastère Fortifié, donde los monjes observan un estricto voto de silencio (¡y se espera que los visitantes hagan lo mismo!). Si busca paz y tranquilidad, no se lo pierda.
Se puede recorrer la isla entera en una hora, contemplando las hermosas vistas al mar y los edificios antiguos -una iglesia y una capilla- o subir a la fortaleza del monasterio y observar los alrededores. Por último, dese un chapuzón en las aguas cristalinas y llévese un poco de vino o de fragante lavanda, que los propios monjes cultivan.
Si no tiene tiempo para una excursión a las islas, no se preocupe. En Cannes, a sólo 1,5 km del bulevar de La Croisette, encontrará una alternativa digna: el parque forestal urbano Croix-des-Gardes. Tiene todo lo necesario para relajarse y sumergirse en la naturaleza: bosques sombreados, senderos solitarios y aire perfumado de pino, lavanda y mar.
Consejo: no deje de subir al punto más alto de Croix-des-Gardes, donde hay una cruz de metal. Desde aquí, obtendrá una vista impresionante de Cannes, la bahía, las islas Lérins y los Alpes Marítimos.