La ciudad es relativamente pequeña (unas 67,000 personas viven aquí), pero muy peculiar. Deberías caminar por ella para ver cada rincón de este museo al aire libre. Los visitantes a veces piensan que Colmar no es real, ya que parece un set de película. En media hora podrás recorrer todo el centro, pero las impresiones que obtendrás en ese tiempo te durarán todo un año. La mayor atención de los turistas suele ser atraída por las llamadas casas con entramado de madera, características del norte de Europa.
En Colmar hay muchos bares de vino tradicionales y restaurantes de cocina alsaciana, donde los gourmets pueden deleitarse. En agosto hay un festival tradicional del vino con bailes, bandas locales y, por supuesto, degustaciones. Si vienes a Colmar en septiembre, puedes asistir al festival anual de jazz, y en octubre al festival de cine.
Una zona popular entre los románticos se llama Petite Venise ("pequeña Venecia"). Solía ser el hogar de pescadores y curtidores, pero ahora las parejas pasean y navegan por el río Lauch. La mejor manera de admirar las casas restauradas de los siglos XIV al XVIII es desde la calle Kozhevniki y el muelle de los pescaderos.