La capital de Malasia es como una caja preciosa "hasta arriba" llena de tesoros orientales: atracciones nocturnas, centros comerciales, tiendas de comida callejera únicas que no se encuentran en ningún otro país del mundo... Y todo esto en el contexto de un panorama mágico compuesto por un mosaico de rascacielos, elegantes mezquitas y verdes erizos de palmeras.